viernes, 25 de septiembre de 2009

FRUELA I EL PRIMER ESPAÑOLISTA. O CÓMO ENFADAR AL CLERO Y LA NOBLEZA.



Anlizábamos hace unos días el reinado del Cuñadísimo Talibán (Alfonso I) y siguiendo la línea sucesoria, en virtud del carácter hereditario de la monarquía visigoda, a la muerte del Cuñadísimo Talibán, es Fruela, su hijo, que reinó como Fruela I (757 d.C. a 768 d.C.)el ocupante del trono de Cangas de Onís. Y no es menos interesante el reinado de Fruela, apodado "El cruel" y me atrevo a decir el Primer Españolista.

Analizando su reinado podemos apreciar una radicalización de la labor de su padre. Valedor y defensor a ultranza de la fe, llegó a someter a la curia a una férrea vigilancia, lo que le granjeó el odio y el aplauso a su asesinato. Pero no se contentaría con enfurecer a la curia. También tenía que cabrear a los nobles vascones y gallegos, o lo que es lo mismo, al germen del nacionalismo que llega hasta nuestros días. Está bastante claro lo que puede suponer cabrear a nobles y curas, que nos lo pregunten a los españoles de cualquier época...

Tan cruel llegó a ser Fruela I que asesinó a su propio hermano acusándolo de tentativa de traición. Sólo una mente retorcida y enferma será capaz de imaginarse cuál sería la pena de haber sido acusado de Alta Traición. Pero así era Fruela. Un hombre que logró repoblar Galicia hasta el río Miño, lo que serviría de frontera con Al-Andalus y a la vez sometería a gallegos y vascones a una cruenta represión. Un hombre que derrotó a un ejército cordobés dirigido por Ahumar, hijo de Abderramán, que había logrado estabilizar la situación en Al-Andalus imponiendo ferrea disciplina. Fruela, un hombre que vivió atormentado por supuestas confabulaciones contra su reino y que murió, curiosa es la historia, asesinado por sus propios hombres.

Hasta tal punto llegó la crueldad de Fruela, que de entre los prisioneros que se llevó como esclavos a Cangas de Onís decidió, a fin de unir definitivamente las tierras de los vascones a su reino someter sexualmente a una Alavesa, Munia, que formaba parte de la rebelión Alavesa en demanda de más autonomía. Tras someterla sexualmente, dicen que con demasiada brutalidad, ésta engendró a la descendencia real.

Pero vayamos a qué hizo el Travieso Fruela para granjearse semejante odio entre la curia. El monarca, como heredero del Talibán, no podía quedarse atrás en la protección, extensión e imposición de la fe. Tanto es así que prohibió al clero de su reino el matrimonio, una práctica habitual entre los clérigos del momento, y lo que es más, obligó a los clérigos ya casados a abandonar y renunciar a su matrimonio. Ésto no causó gran regocijo entre los curas, como cualquiera podrá imaginarse.

¿Y por qué "el cruel"? Bueno, al margen de radicalismos religiosos e imposiciones sexuales a sus súbditos, Fruela tenía un hermano, Vimarano. Éste asistió a diversas reuniones de la nobleza del Reino Astur, reuniones en las que por desgracia para él, siempre se apuñalaba dialécticamente a Fruela. Dado el limitado amor y extenso odio que el clero iba imponiendo sobre sus fieles hacia Fruela, y el amor que la misma iglesia y la nobleza le otorgaban a su hermano Vimarano, el Rey, muy hábil e inteligente por gracia de Dios, tuvo la gloriosa idea de asesinar a su hermano, al tiempo que azotaba públicamente y encarcelaba sometiendo a terribles torturas a aquellos párrocos y nobles que él decidió que conspiraban para asesinarlo. Además, "el bueno" de Fruela decidió que las demandas de autonomía de Galaicos y Vascones tenían que ser oídas. Tanto es así, que en medio de una rebelión en demanda de esa autonomía, Fruela mandó arrasar con todo en Álava y Galicia. Después ya vendría la repoblación...

Cumpliendo con la tradición visigoda, en el año 768 d.C., una confabulación de nobles y clérigos asesinó a Fruela en su corte en Cangas de Onís. Después, eligieron de entre los nobles a uno, primo de Fruela, Aurelio, como nuevo Rey. Fruela terminó asesinado como tantos otros reyes visigodos. Cumpliendo con la tradición de sus antepasados, por lo que suponemos moriría feliz, dado su radicalismo en beneficio de esta cultura y de esa fe. Pero ni su fe ni sus consanguíneos iban a tolerar que semejante criminal permaneciese un día más en el trono del nuevo Reino Asturiano.

2 comentarios:

  1. Excelente, Dako.
    Ahora que acabo de empezar con segundo (historia de España, de los distintos reinos o de la Península en sí, según cuándo nos situemos), me van de perlas estos textos tuyos para ir abriendo boca, para enfrentarme con una pequeña idea al chaparrón de historia que me lloverá pronto. Y además de forma divertida.
    Por desgracia tengo algo olvidado mi propio blog, pero es que si vieras la cantidad de bibliografía 'aconsejable' que nos sueltan...

    Pues nada, a seguir así. Miedo me das cuando llegues a la contemporánea ;)

    ResponderEliminar
  2. Gracias amigo, por pasarte y por tu ánimo.

    Sobre lo que te espera... Creeme, lo se. Pero no te desanimes. Haberlo hailos que nunca hicieron uso de la bibliografía. Aunque a mi me parecía mejor, más sano y entretenido utilizarla.

    JEJEJE.

    Mucho ánimo amigo. Y paciencia, yo necesité mucha paciencia...

    Saludos

    ResponderEliminar